lunes, 8 de marzo de 2010

Cuento de Navidad



Era principios de Navidad y las calles de las ciudades etaban adornadas con flores, luces,etc. En las plazas ya se oían los villancicos y como no, las tiendas llenas de gente que esperaba al ultimo momento para hacer sus compras.

Yo, en aquel momento, no le daba mucha importancia a la Navidad ya que para mi era una fiesta cualquiera.

Un dia antes de Navidad, como siempre, yo estaba con mis amigos dando una vuelta por la calle.

Estábamos en la plaza del ayuntamiento cuando a un anciano se le cayó la cartera. Aquel hombre tenía una gran barba blanca y estaba un poco rellenito. En ese momento corrí a coger la cartera y se la entregué al anciano. Con un brillo especial en su cara y con una gran sonrisa me dijo:

-¡Gracias, muchísimas gracias!
-¡De nada, señor!-le respondí yo.

Cuando me di la vuelta para reunirme con mis amigos, me cogió del hombro y me dijo que esperara. Con el corazón palpitando a cien le dije:

-Sí?¿Le puedo ayudar en algo más?
-¡Toma esta piedra, la necesitaras!¡Que tengas unas buenas Navidades!

Yo me quedé en blanco sin saber que decir. Era como si no me salieran las palabras de mi propia boca. ¿Por que me habría dado aquella piedra a mi? Una adolescente que ni siquiera creía en la Navidad?

-Se...señor ¿para qué quiero yo esta piedra?

Y sin contestarme se dio la vuelta y se fue como si nada hubiese pasado.Yo me asusté un poco ya que por el brillo de sus ojos se veia que sabía lo que decía.

Entonces cerré la mano donde tenía la piedra y me la metí en el bolsillo. Aquella piedra estaba fría como el hielo, pero supuse que era porque estábamos a cero grados bajo cero.

Después de haber hablado con aquel hombre tan extraño no tenía ganas de quedarme en la calle y me fui a casa.

A la mañana sigiente ya era Navidad y no sé por qué yo estaba más contenta y feliz que otros años. Me vestí para ir a por el pan y me puse el abrigo. Me metí el dinero en los bolsillos y de repente noté algo muy frio y lo saqué. Era la piedra que me había dado el anciano, ¿cómo es que estaba fría después de toda una noche?

Cuando llegué de comprar el pan me encontré con el anciano en mi casa. ¿qué haría allí?¿cómo había entrado? Él no me había visto pero yo a él sí. No sabía bien lo que hacer; por eso entré en mi habitación, me senté en la cama y cogí la piedra en mis manos y deseé que ese hombre se marchara sin hacer daño a nadie y así fue.

No sé cómo y por qué pero esa piedra era mágica.

Fui a comprobar si el hombre se habia ido y así era. Después de tanto pensar en el hombre y en la piedra, no sé por qué, ¡¡de repente me interesaba la Navidad!! Llegué a la conclusión de que aquel anciano sería Papa Noel?

A la tarde cuando volvía a casa de estar con mis amigos vi a dos niños y su madre en la calle, no tenían dinero. Cogí la piedra y se la dí a la niña pequeña y le dije:

-¡Toma pequeña!¡Pide un deseo y se te hará realidad, ya verás!

La niña se me quedó mirando fijamente y abrió las manos.Yo le dejé la piedra en sus manos y se las cerré. Me fui corriendo ya que llegaba tarde a casa, pero me tropecé con una piedra y al levantarme estaba aquel anciano que me trajo el espíritu de la Navidad a mi cuerpo y me guiñó el ojo y desapareció como si se lo hubiera llevado el viento.

Por fin llegué a casa y debajo del pino estaban los regalos, yo abrí el único que tenía era una carta que decia:

Enhorabuena has descubierto

el secreto de la Navidad : EL ESPIRITU

y es el regalo más grande que se

puede dar a una persona...


Yo al leer la carta me di cuenta que era verdad y que lo importante era estar con la familia y no tener muchos o pocos regalos.

De repente tocaron el timbre, eran los vecinos que venían a desearnos Feliz Navidad. Pero cuando les invité a pasar, me di cuenta de que al fondo de la calle estaba el anciano. Me acerqué a él y le di una pulsera que tenía y le desee Feliz Navidad.

Luego al llegar a casa me quité el abrigo y del bolsillo se cayó una piedra como la que le había dado a la niña solo que esa era mas grande y tenía un mensaje:


Feliz Navidad!!!

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